lunes, 31 de enero de 2011

Un centenar de marroquíes sabotea un acto reivindicativo y cultural saharaui



Un centenar de marroquíes boicoteó ayer en Inca un acto cultural sobre la cultura saharaui organizado por Escola en Pau, una asociación que promueve y gestiona la acogida de niños de campamentos de refugiados del Sáhara Occidental para que puedan estudiar en Mallorca.

Sobre las once de la mañana, un centenar de marroquíes se congregaron en la plaza Mallorca, donde los prosaharauis habían montado una haima y celebraban la jornada cultural, y les abuchearon. También desplegaron banderas de su país y una española y exhibieron fotos del rey Mohamed VI y carteles reivindicando la soberanía de Marruecos sobre el antiguo protectorado. Los saharauis no respondieron a tales increpaciones.

Una decena de agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil se personaron en la plaza Mallorca para evitar posibles incidentes entre los dos bandos. Los agentes identificaron a varios marroquíes. Hay que señalar, asimismo, que los prosaharauis tenían permiso del Ajuntament para celebrar la jornada, mientras que la contraprotesta de los marroquíes no estaba autorizada.

Carme Barceló, presidenta de Escola en Pau, manifestó que «es intolerable que una actividad cultural y pacífica autorizada sea boicoteada». Escola en Pau recibió el viernes un reconocimiento de Drets Humans de Mallorca por su labor a favor de los derechos universales y su «lucha pacífica».


Un centenar de marroquins sabotegen un acte cultural dels saharauis a Inca

Una decena de agentes de la Guardia Civil y la Policía Local se personaron en la plaza.

30-01-2011 | Antoni Pol
Fuente:Hultima Hora


miércoles, 19 de enero de 2011

Tomás Bárbulo: «El caso del Sáhara es la única herida abierta que queda de la Transición»

El periodista y escritor reedita 'La historia prohibida del Sáhara español' donde analiza cómo el incierto futuro de ese territorio y sus gentes continúa despertando una especial emoción en España

Día 19/01/2011 - 12.58h

Desde que España abandonara a su suerte el territorio del Sáhara Occidental en 1975, el pueblo saharaui ha venido sufriendo la invasión de Marruecos y la indiferencia internacional. Tomás Bárbulo, periodista que conoce de cerca la realidad de esta región, desvela en La historia prohibida del Sáhara español un conflicto de intereses económicos y rencillas políticas y asegura que la reciente crisis diplomática con Marruecos tiene su origen en la oposición de España a la dominación de Rabat.
"La opinión pública española ha obligado a que el Sáhara esté en el eje de las relaciones entre Madrid y Rabat", defiende el autor, quien reconoce que el incierto futuro de ese territorio y sus gentes continúa despertando una especial emoción en España, por encima de ideologías políticas y de intereses económicos. "Hace un año se produjo una crisis entre ambos países por el caso Haidar. Hace unos meses ha habido otra por el desalojo del campamento de El Aaiún. Ahora se perfila una más por la llegada a Canarias de saharauis en patera para pedir asilo político... España y Marruecos querrían hablar del Sáhara menos de lo que se ven obligados a hablar".
Para Bárbulo, la responsabilidad de España en el contencioso está clara y es por partida doble. De un lado es jurídica. Naciones Unidas afirma que los Acuerdos de Madrid, por los que el Gobierno español entregó el Sáhara a Marruecos y Mauritania en 1975, no son válidos y que España sigue conservando, de iure, la responsabilidad sobre la administración del territorio. Del otro es moral, por no haber llevado a cabo la descolonización que le correspondía hacer y haber dejado a los saharauis ante los tanques marroquíes. "El caso del Sáhara es la única herida abierta que queda de la Transición del franquismo a la democracia", admite el escritor, quien recuerda que todos los partidos políticos se han alineado con la causa saharaui mientras han estado en la oposición, pero la han olvidado "en cuanto han llegado a La Moncloa".
A través de medio millar de documentos "secretos" almacenados en archivos militares y civiles y de testimonios de primera mano, La historia prohibida del Sáhara Español desgrana la vida e historia de un país que ha padecido el desprecio y la expoliación e intenta abrir los ojos al lector sobre un pueblo, el saharaui, "en peligro de disolución".

martes, 18 de enero de 2011

18-01-2011 / 14:20 h

Valencia, 18 ene (EFE).- El fiscal ha solicitado hoy la libre absolución de una activista pro-saharaui acusada de desobediencia por negarse a retirar una jaima que estaba instalando frente a la sede de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, donde desde finales de noviembre permanece acampada junto a unos compañeros para denunciar la situación en Sahara Occidental.

En el juicio celebrado hoy en el Juzgado de Instrucción número 7 de Valencia, al que han acudido varias decenas de saharauis y simpatizantes para apoyar a la procesada, el representante del Ministerio Público ha considerado que los hechos de los que se acusa a Sonia Belda "no revisten infracción penal alguna".

Así, aunque ha reconocido que la demandada y el resto del grupo de activistas acampados sí pueden estar infringiendo la ordenanza municipal de parques y jardines ocupando la zona ajardinada, ha concluido que la acción del colectivo es "digna de admirar" y no constituye "delito o falta alguna".

Según ha explicado al juez la acusada, el 25 de noviembre el grupo de activistas al que pertenece decidió acampar en una zona ajardinada de la plaza del Temple para "trasladar al Gobierno central" sus reivindicaciones, como "que el Estado español asuma su responsabilidad en el conflicto, ya que sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental".

Sonia Belda ha indicado que por las noches montaban tiendas de campaña tipo iglú para dormir "porque hacía frío" y que por las mañanas las desmontaban, tal y como habían quedado con la Policía Local, según ha asegurado.

"Dos días más tarde y después de haber comunicado nuestra acción al Ayuntamiento de Valencia, decidimos montar una jaima para que nuestra protesta se hiciera más visible. Entonces los policías nos preguntaron si teníamos permiso para ello. Nos dijeron que no podíamos ocupar la vía y nos multaron y acusaron de desobediencia por no retirar la jaima", ha declarado.

Según ha defendido, los hechos que denuncia su grupo son "muy graves" y legitiman la protesta, que es "totalmente pacífica".

La defensa de la procesada ha añadido que en este caso "prevalece sobre la ordenanza municipal el derecho de reunirse y manifestarse de los ciudadanos" y ha negado que se haya dado un caso de desobediencia, que comportaría "una multa de entre 10 y 60 días de cuota diaria por cuantificar".

Los dos policías locales que han testificado coinciden en que recibieron la orden de pedir "que desmontaran las tiendas" y que denunciaron a la procesada "al negarse a retirar la jaima", que todavía sigue en pie en el lugar.

Han reconocido, no obstante, que la protesta de los activistas es "pacífica" y que el trato con el grupo ha sido "siempre cordial", incluso el día de esa denuncia.

Esta mañana ha acudido a las puertas de la Ciudad de la Justicia un grupo de activistas saharauis y simpatizantes para apoyar a su compañera y pedir "el cese inmediato de la venta ilegal de armamento al gobierno dictatorial de Marruecos", y "el reconocimiento por parte del Estado español de la República Árabe Saharaui Democrática".

Con banderas y camisetas, el colectivo, que ha reivindicado su "desvinculación de cualquier partido político", ha gritado consignas y ha exhibido pancartas con los lemas "Marruecos tortura, España disimula" "El Sahara no se vende" y "¿Dónde están los derechos humanos?". EFE mac/cbr