miércoles, 17 de noviembre de 2010

El silencio de España ante el conflicto saharaui




Manifestación por el pueblo Saharahuí en España

España y Marruecos son primos lejanos que conocen sus intereses pero que evitan confrontarse. En la mitad está el Sahara Occidental, ex colonia española que se siente abandonada por la península ante los marroquíes.

Este martes el gobierno español recibió a varios ministros del país magrebí para aclarar el reciente operativo de las fuerzas de seguridad marroquíes en un campamento saharaui que, según varias ONG, dejó varios muertos y cientos de detenidos.

El gobierno presidido por Jose Luis Rodríguez Zapatero no ha condenado la acción de su par marroquí y ha pedido prudencia.

"La respuesta de España tiene que ser responsable, sensata y prudente. Hay que esperar que la Fiscalía de Marruecos aclare lo sucedido en El Aaiún (capital del Sahara Occidental)", señaló Zapatero ante la indignación de la oposición y los medios de comunicación, a los que se les ha prohibido la entrada a la ciudad.

Además, el gobierno español desautorizó un comunicado de condena al operativo firmado en Madrid por miembros de su propia formación política, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El silencio de España

Un sector de la sociedad española todavía considera a los saharauis como un pueblo con fuertes lazos históricos por España abandonado a su suerte.

En 1976, España se retiró de su colonia del Sahara Occidental. Casi inmediatamente el Sahara fue ocupado por Marruecos a pesar de las resoluciones de la ONU para la autodeterminación del pueblo saharaui.

¿A qué se debe la actitud cautelosa del gobierno español ante Marruecos? Esta es la pregunta de expertos y medios de comunicación mientras se multiplican las marchas de apoyo y protesta por la principales ciudades de España encabezadas por personalidades como el director de cine Pedro Almodóvar y el actor Javier Bardem.

"La política exterior española con respecto a Marruecos siempre ha sido la de calmar a los vecinos, entre otras cosas porque hay un tema que los marroquíes utilizan para presionar: las ciudades españolas de Ceuta y Melilla que geográficamente están del lado marroquí", explica a BBC Mundo Miguel Ángel Bastenier, experto en relaciones internacionales.

¿Muro de contención para Europa?

Manifestación por el pueblo Saharahuí en España

Los manifestantes en España exigen una respuesta enérgica del gobierno.

El conflicto llega también a escenarios europeos a través de la conocida activista saharaui Aminetu Haidar, quien participó este martes en un seminario en el Parlamento Europeo sobre la situación en el Sahara Occidental y sus implicaciones en la política de la Unión Europea hacia Marruecos.

Sin embargo, el gobierno español califica de vitales las buenas relaciones con Marruecos, no sólo para España sino para la Unión Europea.

Entre otras cosas, subrayan los expertos, porque apoya la lucha contra Al-Qaeda y el narcotráfico en el Magreb y porque es un muro de contención contra la inmigración que viene del África subsahariana.

clicLea: El Sahara Occidental y Marruecos: revive un conflicto casi olvidado

Esto sin contar con que el colectivo marroquí en España roza el millón de personas.

Mapa de la región en disputa.

Mapa de la región en disputa.

"España tiene que establecer con claridad a qué juega. Porque un estado independiente (el Sahara Occidental) sobre un territorio de 250.000 kilómetros cuadrados equivale a crear un vacío propicio a las aventuras de Al-Qaeda", advierte el columnista del diario El País, Miguel Ángel Aguilar.

El gobierno marroquí, a través de los medios de ese país, ha manifestado que el campamento instalado a las afueras de El Aaiún, es parte de una conspiración urdida por su vecina Argelia donde se hospeda el Frente Polisario, un movimiento que lucha por la independencia saharaui.

El lunes pasado, el gobierno de Rabat enseñó un video del incidente en el que se ve cómo supuestamente un hombre degüella a un agente marroquí.

El Ministerio del Interior asegura que en los disturbios murieron diez agentes y sólo dos civiles, entre ellos Baby Hamday Buyema, quien tenía nacionalidad española.

clicEn fotos: 30 años de conflicto

"Fue un asalto brutal"

Para los activistas españoles Javier Sopeña y Silvia García, que estuvieron durante el incidente y que regresaron hace un par de días a Madrid, "fue una represión brutal".

Manifestación de solidaridad con el pueblo saharaui en España.

El Sahara Occidental ha sido motivo de disputas diplomáticas entre España y Marruecos.

"Los militares atacaron con gases lacrimógenos y con porras. Puede ver cómo apaleaban a varios saharauies. Ellos se defendían con palos, piedras y machetes", comentó García en rueda de prensa.

"La Intifada por las calles ha parado, pero la población vive en un estado de sitio", agregó Sopeña a la vez que denunciaba la indiferencia del gobierno español ante lo que calificaron de crimen por parte de Marruecos.

La postura de España siempre ha sido la llamada neutralidad activa pero, según Rafael Bustos, coordinador del Magreb y Oriente Medio de la Fundación Alternativas, "en los últimos años la balanza se ha inclinado del lado de Rabat con el fin de mejorar las relaciones, sobre todo por la lucha contra el radicalismo islámico".

"El problema es que España se ha fiado mucho del plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sahara", agrega.

Fue una represión brutal. Los militares atacaron con gases lacrimógenos y con porras. Puede ver cómo apeleaban a varios saharauis. Ellos se defendía con palos, piedras y machetes.

Javier Sopeña y Silvia García, activistas españoles

Dicho plan forma parte de una estrategia de regionalización impulsada por Mohamed VI, el rey de Marruecos, y que los saharauies rechazan porque niega su independencia como Estado.

Hace un año, las relaciones entre España y Marruecos pasaron por un capítulo igualmente tenso cuando la líder saharaui Aminatu Haidar permaneció tres semanas en huelga de hambre en un aeropuerto español porque las autoridades marroquíes no permitían su entrada al país como saharaui sino como marroquí.

Al final el gobierno marroquí cedió.

"Quizá hace falta algo más, un tratado internacional que obligue a que la autonomía de los saharauis sea real", subraya el experto.